27 jun 2016

AGUAS, ESPUMAS Y ARENAS MEDITERRANEAS.

         La llama de unos leños que arden en una sinfonía vibrante de rojos azules y amarillos nos ofrece un bálsamo relajante para nuestros ojos secuestrados por su magia sinigual.
Las aguas de los ríos viniendo a nuestro encuentro para alejarse luego de nosotros, también suele ser innegable foco de atención.
Las saltarinas aguas de una fuente.
Y el mar...


Con su concierto infinito de espumas sobre la playa.


Cabalgando constantes sobre las arenas 

nos subyugan y embelesan sin duda.


Un concierto sin par de verdes, ocres, azules y blancos

secuestran a nuestros ojos hacia la inmensidad,

  nos hechizan intemporalmente creando caleidoscopios de espumas 

que saltan acuosas sobre las rocas


o nos acarician  agradecidas por nuestra idolatrada e infinita  contemplación.


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