18 jun 2015

44-15. PEÑA ORDISO Y PUNTA CHORNALERAS POR LA GRALLERA. 17-5-2015.

Chornaleras desde Peña de Ordiso.

San Nicolas de Bujaruelo, Cabaña y Barranco de Ordiso, Cara Norte, Peña de Ordiso, Grallera de Ordiso, Ibones de Ordiso, Punta Chornaleras y Cabaña de Otal.

17-05-2015.

Salida 09:15 h. Llegada 18 h.

Sol.

Fácil.

Ascensión.

Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Chornaleras procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
            Pasado el finde, el tiempo mejora  y aunque hay nubosidad de retención anunciada marchamos a Bujaruelo con programa abierto. Estamos a 17 de Junio de 2015 un miércoles de deliciosa soledad para el monte.

            Nos llegamos sin prisas a San Nicolás de Bujaruelo aparcando a 1338 metros de altitud en medio de una soleada y ventilada mañana. Las nubes de retención están copando la arista fronteriza, suponemos que al norte un enorme mar de nubes nos aportará material a granel y nos olvidamos de Saint Andre y Lourdes y nos vamos a Ordiso.

Peña de Ordiso y Garmo Azurillo desde Bujaruelo.

            Son las nueve y cuarto de la mañana cuando tomamos la pista cerrada al tráfico  y que transita en dirección noroeste  por la Orilla Derecha del Ara hasta alcanzar el ramal que se sube al valle de Otal, por el que bajaremos, mientras que nosotros proseguimos de llano hasta el Puente sobre el Ara.

            Abandonamos la pista y nos introducimos en un camino herboso y húmedo pues esta noche ha debido de llover algo, que transita la orilla izquierda del río y que se incorpora a la pista en el inicio del Congosto de Ordiso.

            La pista llanea colgada en la orilla izquierda del río, nos enseña la Cascada de Pich y nos deposita tras una hora de camino en el Refugio de Ordiso donde muere a 1600 metros de altitud.

Puente de Ordiso.

            Entre recuerdos de aquel pastor que nos dijera aquí hace una  montonera de años: “Ola, busatros no alcontrarez ixe camin… ye muito zarrau” nos bajamos hasta el puente para introducirnos en el camino que recorre el Valle de Ordiso por la orilla izquierda del barranco.

            Se trata de un transitado camino de animales que asciende suave y paulatinamente hasta que se allana a la entrada del puerto lugar en el que se aproxima al barranco, nos muestra una pequeña y deliciosa cascada y nos invita a atravesar el barranco sobre los 1700 metros de altitud,  antes de que alcancemos la Cabaña de Ordiso que está situada algo más adentro en el circo y con aspecto de estar deruida.

Ladera Norte de la Peña de Ordiso.

            Hemos ascendido en dirección noroeste y a partir de aquí nos orientamos al sudoeste para ascender una ladera amplia de verdura ya que el Hayedo de Ordiso  se ha quedado por debajo.

            El crecido praderío sigue húmedo, corre el agua por cualquier parte  a pesar de que la nieve ha desaparecido prácticamente y ganamos altura en la ladera sin buscar camino y sin objetivo en nuestro horizonte.

            Una serie de breves resaltes escalonados nos terminan depositando cerca de un abrevadero bajo el collado de separación entre el Garmo Azurillo y la Peña de Ordiso que es nuestro objetivo inicial.

Geranio robertiano en Peña Ordicuso.

            Agradecemos la disminución de talla de la hierba y bajo el abrevadero nos sentamos en unas piedras a echar un bocado. La mañana está ligera, las nubes de retención siguen en su sitio y nosotros disfrutamos de un sol intermitente y de una brisa asidua que nos invita a abrigarnos un pelín.

            Son las doce menos cuarto de la mañana cuando reemprendemos la subida tras un corto cuarto de hora de parada.

Fenez y Otal desde Peña Ordiso.

            La ladera va perdiendo hierba que es sustituida por calizas muy meteorizadas y poco después alcanzamos un amplio collado de separación entre  el Garmo Azurillo, una amable pirámide de verdura que emerge del hayedo y que ostenta un crestón calizo en su vertiente sur, visible desde San Nicolás y una arista suave y amable que se eleva paulatinamente al oeste.

Cima de Peña Ordiso.

            La arista que presenta trazas de camino de animales  carece de dificultad y tras ascender alrededor de un centenar de metros nos deposita en la Cima de la Peña de Ordiso situada a 2319 metros de altitud cuando son las doce y media.

            Contemplamos la esplendorosa  Norte de Peña Otal y la parte superior de las Placas de Fenez al sur mientras que hacia el este y norte las nubes de retención secuestran las cabeceras de la sierra. Hacemos algunas fotos con el móvil ya que no llevo la cámara y proseguimos por la arista en dirección oeste que se afila hasta conducirnos a la cabecera de un escalón que se faldea cómodamente por el sur y que enseguida nos deposita en un amable collado entre las Puntas de Asnerillo.

Hacia la Grallera de Ordiso.

            En el Circo de Ordiso  convergen las aguas de un barranquillo que desaloja las aguas del Ibón de Ferreras por el norte y un triple ramal que recoge las aguas del oeste. Hemos localizado desde abajo un puente natural por encima de la cabecera del cuso acuático situado más al norte de los tres y vamos a visitarlo. Para ello, desde el collado al que acabamos de acceder, iniciamos un faldeo de la arista en dirección prácticamente oeste y que en muy suave descenso nos va a permitir atravesar las dos primeras ramas de barranco hasta alcanzar un collado muy verde desde el que accederemos al barranquillo que baja del puente natural.

Boca Este de la Grallera de Ordiso.

            El espumoso barranco, es el más caudaloso de las 4 ramas citadas, sale de la cavidad del puente natural. Se trata de la Grallera de Ordiso y está situada a 2150 metros de altitud.

            Consta de una gran ventana o boca orientada al este a la que se accede con alguna dificultad ya que el curso de agua rellena la base del cauce y las paredes del mismo está pulidos por el paso del agua durante siglos.

Puente Natural de la Grallera de Ordiso.
            Con cuidado accedemos al interior del puente natural cuya base es una pedrera inclinada y descompuesta en la que el agua corre por su orilla sur surgiendo de una profunda  y oscura cueva situada en dicha orilla.

            La pedrera sigue en ascenso algunos metros ya al descubierto puesto que hay una enorme ventana superior en la que revolotean las chobas piquigualdas, “grallas.”

Desde el interior de la Cueva de la Grallera de Ordiso.

            El receptáculo está cerrado por verticales paredes de calizas muy descompuestas no presentando más que una comprometida salida que pasará del IV y que desechamos evidentemente.

Azurillo y Ordiso desde la Grallera de Ordiso.

            Por tanto, hemos de bajar la pedrera, cruzar el barranquillo recién nacido y salir por donde hemos entrado para remontar la ladera fuera de las paredes y colocarnos encima del puente natural de tal forma que visualizamos la cavidad desde arriba y certificamos la dificultad de la salida directa. Es la una y media, se nos ha ido una hora en el periplo de la Grallera pero ha merecido la pena reconocer este paraje del que no teníamos noticia alguna.

Hacia Cardal.

            La continuación es en suave ascenso y en dirección sudoeste al encuentro de los Ibones de Ordiso. Lo hacemos por un ondulado valle lateral suspendido en las laderas inferiores de de Mallaruego y Ferreras que todavía quedan colgadas algo arriba.

Ibón de Ordiso.

            Media hora después alcanzamos el Ibón de Ordiso situado sobre los 2350 metros de altitud y en que estuviéramos hace la intemerata de años. Se trata de un ibón irregular y poco profundo en el que todavía beben algunos neveros residuales.

            Lo bordeamos por su orilla este y abandonamos la cubeta lacustre en ascenso por una ladera de verdura en la que ganaremos altitud con destino a Chornaleras.

La Este de Chornaleras.

            Un poco al sudoeste del ibón grande se encuentra el Ibón Medio de Ordiso situado en otro escalón glaciar sobre los 2500 metros de altitud que nosotros dejamos a nuestra izquierda  al proseguir claramente en ascenso con dirección al Collado Chornaleras  o Puerto de Ordiso situado entre este pico y el Mallaruego.

            El Valle Colgado de Ordiso es extraordinariamente irregular y todavía cuenta con otro ibón, El Ibón Pequeño de Ordiso situado al sur del Ibón Medio y que visitaremos al descenso. Además el barranco que sinuosamente lo recorre en su parte baja se filtra en un punto inferior y nos hace suponer que es el que aparece de nuevo en la Grallera. Un valle con peculiaridades.

            Alcanzamos el Collado de Chornaleras situado sobre los 2550 metros de altitud y tras contemplar una espléndida y esperada imagen de la Este de Escuellas tomamos la loma al sur y nos vamos para arriba.

Tendeñera y Ripera desde Chornaleras.

            Se trata de una ladera amable que asciende alrededor de 50 metros y que nos deposita en la amable cima de Punta Chornaleras situada a 2561 metros de altitud. Son las dos y media y nos sentamos a comer al abrigo de la brisilla cimera.

De Ripera o la Blanca a Sabocos desde Punta Chornaleras.

            Comemos lo de costumbre aderezado con una cumplida ración de la Norte de Tendeñera y con un toque especial de Forato que llevo dando vueltas por la cabeza algo más de un par de años.

            Media hora después iniciamos el descenso hacia el Valle de Otal teniendo muy presente que esta amable cima no lo es tanto en sus vertientes sur y oeste  compuestas por un par de escalones calizos vestidos de paredes que arrancan del Collado de Tendeñera.

Ibón Pequeño de Ordiso.

            Destrepamos un corto tramo de arista y alcanzamos un amable hombro desde el que descendemos por la ladera en dirección este orientados por el Ibón Pequeño de Ordiso que ocupa la parte baja de este vallecito suspendido.

Collado de Tendeñera desde las Paredes de Chornaleras.

            En la divisoria sur del vallecillo arrancan las paredes del resalte superior por lo que no queda otro remedio que  alcanzar el barranco desagüe del ibón en el que anida un nutrido rebaño de cabras. El barranco tiene un final liso y mojado por lo que lo descenderemos por las inmediaciones de su ladera izquierda, hay una pared de verdura asequible y escalonada.

            Situados en la siguiente terraza, proseguimos nuestro rumbo este para recorrerla casi completamente y alcanzar su desagüe por el que nos desmontaremos de la misma transitando unas gradas también en su orilla derecha a la que van a parar las paredes inferiores que arrancan del Collado de Tendeñera.

Descenso desde Punta Chornaleras.

            Creo que se trata del camino más fácil para acceder a la Zona de Ordiso-Mallaruego si se parte del Collado de Tendeñera.

            Atravesamos el cono de deyección del barranco y nos introducimos paulatinamente en el praderío que de aquí para abajo rellenará todo el puerto.

            En el rellano al que inmediatamente accedemos encontramos las balizas del GR que seguiremos mientras llanean puerto hacia el este. Atajamos algunos trozos de camino iniciando el descenso hasta que finalmente decidimos abandonarlo para iniciar un descenso persistente por medio del praderío en el que alternaremos paretazos de verdura crecida y demasiado basta como consecuencia de no ser comida por el ganado y algunos breves descansillos en el que recuperamos las rodillas.

Vista atrás desde la Cabaña de Otal.

            El descenso se hace largo pues parece que nuca vamos a llegar a la Cabaña de Otal cosa que finalmente haremos cuando son las cinco de la tarde. Estamos a 1700 metros de altitud.

            La cabaña está hecha una cochambre y en poco se parece a la que conociéramos y disfrutáramos hace una treintena de años. Sin ningún mantenimiento tiene poco futuro pero no debe ser problema, quizás esperen a que se caiga para hacer otra nueva con alguna subvención y dejan los escombros y la basura en medio del valle, lo que no sería la primera vez; no será robo pero si un despilfarro más de los dineros de los contribuyentes y para el caso…

            Como la pista solamente es transitada en la actualidad por los ganaderos, sus allegados y los allegados de algún que otro guarda forestal de la zona, nos la chuparemos a calcetín para recordar la distancia al Cerrojo de Otal al que llegamos tras cruzar el Barranco de Otal.

            El Barranco se marcha hacia el norte, la pista hacia el sur y nosotros tomamos  el camino de en medio que ataja la pista y que nos deposita enseguida en la misma cuando estamos en las inmediaciones de San Nicolás de Bujaruelo.

            El último descenso ha sido breve pero a pesar de ello son las seis de la tarde cuando llegamos al coche liquidando una circular que además de larga nos ha obsequiado con 1500 metros de desnivel.

            Una cerveza en el Mesón de San Nicolás y una horica más de coche para casa con lo que liquidamos una jornada más de acierto en la decisión a la hora de fijar objetivos. La flexibilidad no tiene precio y las nueves de retención siguen rapiñando el paisaje.

4 comentarios:

  1. Maja vuelta Mariano, bastante más larga que la que hice yo hace unos años por esa zona y con el aliciente de la Grallera. Habrá que tomar nota para visitarla algún día.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. ¡Hola David!
    La Grallera es espectacular y merece la pena la visita y más en época en la que la surgencia tenga agua.
    Si quieres salir por arriba llévate algún material puesto que la mitad superior está muy delicada. Nosotros nos la miramos y la dejamos.
    Se pueden hacer todas las variantes que se quiera conociendo un poco el terreno pero claro, el precio va en forma de esfuerzo y a veces nos empieza a resultar carillo. De hecho también pensábamos hacer Mallaruego pero como ya habíamos estado hace algunos años lo dejamos.
    ¡Que vaya bueno!

    ResponderEliminar
  3. desconocia esa Grallera, tomo nota para ir a visitarla!

    ResponderEliminar
  4. Es una zona no demasiado visitada y que nos guarda una de las muchas agradables sorpresas de este Pirineo tan enorme y en muchas ocasiones tan desconocido.
    Es un rincón espectacular y similar al Arco natural del Fraile en Collaradeta.
    ¡Que vaya bueno!

    ResponderEliminar

¡Gracias por tu comentario! Responderé tan pronto como lo localice.