20 abr 2014

30-14. IBONES DE ANAYET. 19-4.2014.

Diente de Anayet.

Aparcamiento de Anayet y Barranco Culibillas. Vuelta por la Glera de Anayet.

19-04-2014.

Desnivel acumulado 550 m.

Distancia recorrida 9500 m.

Tiempo efectivo 2:45 h.

Sol.

Muy fácil.

Esquís de montaña y raquetas.

Un agradable y corto paseo que permite disfrutar en primavera de la nieve y de un prestigioso y entrañable paisaje en un lugar muy concurrido por su indiscutible encanto.

Se puede coger agua en algunos puntos del barranco según costumbre aunque mejor es llevarla.

Oscar Layos, Rosa Mª. Martínez y Biola y Mariano Javierre.

Mapa de los Ibones de Anayet procedente de Iberpix. Vía en amarillo.

            Cuando uno no tiene muy claro a dónde ir, será posible con todo lo que tenemos alrededor, siempre aparece algún recurso que los hay; y entre los recursos que no son pocos, están los ibones de Anayet. ¡Cuántas veces hemos subido, desde aquella primera  del 85!

            Hoy 19 de Abril de 2014, volveremos de nuevo. Queremos aprovechar el día, hacer algo de raquetas y Biola quiere algo cortito y no se diga más.

            Son las nueve y media pasadas cuando llegamos al Aparcamiento Bajo de Anayet a 1730 metros de altitud. Hace una mañana espléndida y corre un  tenue brisilla que no molesta.


            Sin prisa preparamos los bártulos  y atravesando el aparcamiento nos llegamos a la terraza lugar en el que calzamos esquís y raquetas e iniciamos la marcha en suave ascenso y en busca de la entrada del Barranco Culibillas.

            En dirección sudoeste cruzamos la pista y enseguida nos acercamos al barranco que baja espléndido.


            Hay una huella transitada y firme que culebrea paralela al barranco y que prácticamente de llano se llega a la confluencia de torrentes para atravesar un par de ellos por puentes de nieve bajos que todavía resisten estas temperaturas.


            Allí enfilamos en valle en dirección oeste y con el sol en la espalda nos vamos tranquilamente para arriba.


            El Barranco Culibillas es bastante avalanchoso pero con estas condiciones de nieve poco queda por caer ya. Con mayor riesgo mejor acceder por el Collado  de la Glera de Anayet y a ser posible acceder al mismo lo más lejos posible de la Sur de Espelunciecha.


            Hoy no hay problema y enseguida se inclina para superar un primer y suave resalte tras el que llanea de nuevo en busca del Gendarme de Culibillas que aparece completamente limpio de nieve.


            Se puede pasar por ambos lados del gendarme, nosotros lo hacemos con la huella por el este y tras superarlo el barranco que está todavía sobrado de nieve, se arrellana y nos enseña el amplio y plano Collado de la Glera, las viejas coladas en la Sur de Espelunciecha, y el cierre del Rellano de Anayet.


            Pasamos entre los grandes bloques erráticos de la cabecera del barranco, contemplamos el Tubo de Arroyeras y nos vamos a por la Pala de Anayet vestida de nieve soleada y blanda.


            Con un par de zetas amplias superamos la pared, atravesamos un puentecillo de nieve que no se podrá bajar con los esquís sin detenerse previamente y visualizamos progresivamente al Diente de Anayet. Es la señal inequívoca de que estamos en el rellano lacustre ya que los ibones están todavía completamente cubiertos de nieve.


            Estamos a 2240 metros de altitud y son las once y media de la mañana. Hacemos algunas fotos, contemplamos el esplendoroso Diente de Anayet a falta de ibones, el Espelunciecha que se puede todavía subir con los esquís hasta el hombro oeste ya que la arista está completamente pelada, el Vértice de Anayet y los Arroyeras y Culibillas pero la suave y fresca brisilla que nos ha recibido al llegar nos invita a ponernos al abrigo de unas rocas al sudeste del rellano para echar un bocado.

            Al abrigo de la pared metamórfica no solamente estaremos nosotros sino que alguno más nos acompaña. Se nos va media hora larga picoteando y conversando.

Espelunciecha.

Arroyeras.

            Luego nos volvemos a calzar esquís y raquetas e iniciamos la vuelta tras echar una ojeada más al Midi que se asoma discreto sobre la Rinconada de Anayet.

La pala del Cerrojo de Anayet.

            La nieve que está muy blanda propicia algún que otro resbalón a los raqueteros pero está casi deliciosa para nosotros que accedemos a la pala un poco más arriba del puentecillo de subida y disfrutamos con los giros del descenso de la misma aunque pequen en las rodillas.


            Bajamos luego el tramo de barranco hasta la parte inferior de los aludes de Espelunciecha y tras desbloquear ascendemos una suave diagonal que nos deposita en el Collado de la Glera de Anayet  situado a 2070 metros de altitud. Rosa no se ha cortado un pelo y ha vuelto a poner las pieles. Los raqueteros y sus resbalones sobre nieve blanda no llegan demasiado cabreados.


            Luego proseguimos ya para abajo atravesando la Glera de Anayet en dirección nordeste para pasar por las inmediaciones de la Cabaña de la Glera. Y proseguir para abajo en medio de los pocos esquiadores que todavía apuran la temporada.

            La nieve fuera de pistas no tiene gran diferencia con la pisada de las pistas por lo que nosotros con los esquís alternamos al gusto; con las raquetas mejor buscar la poca dureza que quede en la pisada.

            Es la una y media pasadas del mediodía cuando llegamos al coche finiquitando unas vacaciones de Semana Santa únicas meteorológicamente hablando y que hemos aprovechado a capricho. Hoy ha sido un agradable paseo con alrededor de 550 metros de desnivel. Mañana se estropea le tiempo, algo lógico después de tantos días seguidos de inmejorable tiempo. Además, en el valle de tena no ha habido retenciones ¡se puede pedir más!

Puedes ver más fotos.

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