18 feb 2014

11-14. PEREGRINACION NOCTURNA A LA RACA. 16-02-14.



En la Cima de la Raca. Las estrellas indican que no es de día. Buena foto Benja.

Aparcamiento de Astún, Barranco de Astún, Prado Blanco y Cara Norte.

16-02-2014.

Salida 22 h. Llegada 01 h.

Luna llena.

Muy fácil.

Raquetas.

Miguel Bandres, Gema Ferrer, Nadia Callau y Benjamín España, Maribel Bergua y Jesús Manero, Adolfo Lacasa, Florián Oliván, Elena Casas, Gabriel Miranda, Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javiere.
 
Mapa de Astún procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
 
            No llevo ya la cuenta de las veces que hemos subido a la Raca con Luna Llena. Empezamos allá por 2004 al año siguiente de comenzar con los esquís de travesía. Los primeros años subimos solos peleando con nuestro particular aprendizaje en el manejo de los mismos; luego, subiríamos llevando a conocidos y amigos para que disfrutaran de una experiencia nueva para ellos. Hoy 16 de Febrero de 2014 volvemos en peregrinación nocturna pues finalmente seremos 13 tras algunas deserciones de última hora.

            El día sale malo por arriba y por abajo pero aseguran que despejará tras el mediodía para quedar una noche estrellada. Por la tarde se cumplen las previsiones pero no despeja del todo por lo que decidimos quitar los esquís del coche y marchar con las raquetas. Nos arrepentiremos pero… no tenemos muchas ganas de repetir algún descenso infernal con nieblas.

            Son las diez menos cuarto cuando nos ponemos en marcha tras solventar un problemilla con una raqueta que me deja las manos heladas. La noche es más fría de lo que señala el termómetro: cuatro grados bajo cero a 1700 metros de altitud.
 
Con la luz de la Luna recién salida.

            Las máquinas pisanieves están terminando su trabajo  y la nieve está estupenda aunque un tanto húmeda en la pista de salida que discurre por la orilla izquierda del Barranco de Astún.  Enseguida mejorará  para seguir hacia arriba maravillosa.
 

            Subimos tranquilamente entrando en calor para introducirnos hacia el sur en la amplísima Pista de Sarrios ya que se trata de hacer la subida cómoda para todo el personal.

            La luna gana altura en el cielo y la noche es clara a pesar de que ya lleva dos noches menguando. En el este quieren condensarse algunas nubecillas que no parecen tener consistencia pero no irán a más, la noche sea espléndidamente despejada.

            A la salida de sarrios alcanzamos el Rellano de Prado Blanco y el personal  respira, solamente queda la mitad de la subida.

            Aquí al abrigo que hace el Creestón Norte de la Raca se está bastante bien pues hay una tenue brisilla algo frescucha.

            Describimos una amplia lazada al oeste y continuamos ya por la Pista de la raca con el resalte inferior en el que trazamos algunas zetas misericordiosas.

            Alcanzado el rellano inferior el personal recobra fuerza viendo ya la cima. Nos queda una larga pala que se yergue poco a poco y que tras un largo tramo al sudeste se quiebra con otra final al sudoeste que nos depositará en la Cima de la Raca.

 
            Hacemos un grupo de zetas y sobre las once y cuarto pasadas nos reunimos todos en la cima a 2277 metros de altitud para acercarnos   la zona sur y contemplar el Valle del Aragón sembrado de las luces ce Canfranc Estación, Canfranc Viejo, Villanúa, Castiello y la zona oeste de Jaca.

 El Valle del Aragón sembrado de luces desde la Raca.
 
            La noche sin ser especialmente luminosa está fantástica y nos permite disfrutar de un paisaje circular espléndidamente blanco en el que destacamos el inmaculado Macizo de Aspe, la blanquísima Cresta de Arnousse a Monjes con un Benou de merengue al igual que la Pared de Truchas que no sé si la he visto nunca tan llena; el Mala Cara y Canal Roya a juego, el Diente de Anayet comandando la zona algo oscuro al contraluz y el sempiterno Midi tocado con sus ropajes oscuramente metamórficos dueño y señor del ámbito tanto diurno como nocturno.

 
 
            Luego viene los cafés y los dulces aunque el fresqui mitigue un tanto el placer del momento. Al personal se le enfrían las manos.

 
            Llega un esquiador al que invitamos y Benja, muy profesional, hace fotos y se las ve para hacernos un par al nutrido grupo.
 

 
            A pesar o con todo, se nos va más de media hora arriba hasta que, finalmente nos metemos en marcha para abajo con ganas de dejar la cima y entrar un poco en calor. El termómetro marca siete grados bajo cero.
 

            Bajamos a ritmo pero cuidando al personal y a alguna rodilla que quiere aguar el descenso y ya fuera de la cima y del sigiloso vientecillo entramos en calor.

Era Luna Llena.
 
            Nos reunimos en Prado Blanco sobre los 2000 metros de altitud y proseguimos luego para abajo entre amplias y variadas conversaciones a varias bandas. Es una noche para disfrutar, a pesar de los 600 metros de desnivel, especialmente Nadia, Gema, Miguel y Adolfo que se estrenan con la Luna Llena y que guardarán celosamente en sus memorias las nuevas vivencias.

En Prado Blanco.
 
            Alrededor de la una nos llegamos al coche junto a un trío de esquiadores y una colección de perros que les acompaña. ¡Qué envidia nos dan! Y más ahora que sabemos que la noche ha pasado de las nieblas.

            Recogidos los bártulos “cada mochuelo a su olivo” que algunos pocos tienen que madrugar luego para ir al tajo. Los mayores, que somos la mayoría podemos servirnos sin tasa del camastro mientras el cuerpo aguante.
  
            Ha sido una muy numerosa y primera de la temporada con una nieve para llorar de gozo. Otra noche "to other side".
 

 

 

3 comentarios:

  1. Bonita tradición Mariano, esa de subir con luna llena. Nosotros hemos intentado hacer alguna salida con luna llena otros años pero siempre nos invade el sueño y al final no salimos. En mi casa llevamos horarios de geriátrico, je,je.
    Yo estuve el domingo por la mañana en el Pico Belonseiche. Hizo mejor día del esperado, sobre todo comparado con sábado. El Aspe estaba de postal, tan blanco y nítido recortado sobre el cielo azul.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. ¡Hola David!
    Hay que plantearla o bien sola o aprovechando algún finde.
    Se puede hacer incluso después de unas jornada no demasiado exigente de monte pues es un paseíllo de alrededor de un a hora de subida.
    Suele resultar una experiencia gratificante que se suele hacer para disfrutar, No es preciso que sea exactamente el día de luna llena pues también es válido un día antes o después pero lo que si es recomendable contar con cielo despejado.
    La gente lo suele recordar agradablemente.
    ¡Que vaya bueno!

    ResponderEliminar
  3. Me ha encantado! Gracias pareja disfrutamos un montón!

    ResponderEliminar

¡Gracias por tu comentario! Responderé tan pronto como lo localice.